20121204

Detector de fugas de calor


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El 20 por ciento de la energía que se gasta en el mundo en calefacción y aire acondicionado se desperdicia debido a las fugas. Para resolver este problema, la Asociación de Ingenieros en Electricidad y Electrónica, de Estados Unidos (IEEE por sus siglas en inglés), presentó un dispositivo manual que permite detectar, con rayos láser, los lugares de una construcción por los cuales escapa el frío o el calor cuando está encendido un equipo de clima artificial.

El dispositivo manual, que puede ser fabricado en forma de guante o de bastón, busca disminuir el consumo de energía, el gasto económico y la emisión de gases de efecto invernadero que se desprenden de los generadores eléctricos para alimentar todas las construcciones instaladas en geografías de clima extremo.

Aunque esta tecnología es relativamente sencilla, ha sido calificada como uno de los cinco inventos de más impacto en lo que va de 2010, ya que Estados Unidos desperdicia hasta seis mil millones de dólares anuales en energía que es utilizada para calentar hogares durante el invierno o para enfriarlos durante el verano, pero que se pierde por fugas.

El mismo problema se presenta en México durante las oleadas de calor en las zonas desérticas y tropicales, cuando el gasto de energía eléctrica crece hasta cuatro veces por el uso de aire acondicionado. Según un estudio de la Comisión Nacional de Ahorro de Energía (Conae), realizado en 2004, mientras un edificio de oficinas de la ciudad de México, sin aire acondicionado, consume 60 kilowatts-hora por metro cuadrado; un edificio de oficinas en Villahermosa, Tabasco, con aire acondicionado, consume 250 kilowatts-hora por metro cuadrado.

El equipo diseñado por los ingenieros ha sido llamado Detector de Fugas Termales y funciona como un escáner o explorador de superficies. Mediante una luz láser ayuda a enfocar los lugares que se desea supervisar y al mismo tiempo un grupo de sensores infrarrojos trabajan en busca de cambios radicales en la temperatura de la superficie.

Cuando el detector recibe información de cambios de temperatura avisa mediante una luz y una pantalla con números el punto de la fuga de temperatura y los grados de diferencia que hay con respecto al conjunto de la habitación. El instrumento ya ha sido llevado desde laboratorio a escala industrial por la compañía Black and Decker, en su planta de Maryland, Estados Unidos.

“Las pruebas con el equipo nos permitieron ver que algunos puntos poco visibles de las construcciones permiten una fuga del calor generado con equipos de calefacción, similar al que provoca una ventana abierta. Se trata de un gasto de energía innecesario. Este mismo problema se repite con el enfriamiento del aire acondicionado”, explicó en la página de la IEEE, el ingeniero Michael Argonin, responsable del escalamiento industrial de este invento.

Según sus cálculos, reparar las fugas detectadas en las construcciones que han revisado hasta ahora permitirá ahorrar hasta 20 % del actual gasto de energía en cada hogar u oficina. Un cálculo más ambicioso, hecho por la IEEE, concluye que si se pudieran evitar todas las fugas de calor y frío generados con equipos eléctricos, Estados Unidos podría suspender la operación de hasta 21 termoeléctricas en todo el país con estos ahorros.

“Lo que ocurre normalmente es que cuando ocurren este tipo de fugas de temperatura el sistema de clima artificial hace un esfuerzo superior para compensar la fuga, esto se refleja en más demanda de electricidad, más costo y más consumo de combustibles en las plantas generadoras. Es una cadena”, explicó el ingeniero Argonin.


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