20130918

La bomba nuclear española

La bomba nuclear española

Me estaba leyendo un libro sobre la Segunda Guerra Mundial en el Pacífico (“Némesis”, de Max Hastings), por aquello de constatar por mí mismo las ansias infinitas de paz consustanciales a los japoneses. Una cosa llevó a la otra y acabé leyendo en la Wikipedia este artículo, “Países con armas nucleares”, que también detalla qué países tienen la capacidad tecnológica para, en un plazo de tiempo relativamente reducido, fabricar un arsenal nuclear. Entre ellos, está España, que dispone de unas reservas de uranio que harían las delicias de cualquier jugador de Civilization y de las instalaciones y tecnología necesarias para hacer cosas grandes con dicho uranio. En concreto, una bomba.

Pero la cuestión no es sólo que exista el potencial, sino que en el pasado hubo intentos para hacerse con la bomba que llegaron a estar bastante avanzados. Lo que he leído por ahí, con alto grado de fiabilidad (¡si hasta sale en Google!), sobre el proyecto nuclear resulta fascinante. Como no podía ser menos, el proyecto comenzó a desarrollarse en los años 50, en pleno franquismo, y derivó de la obsesión de Franco y Carrero Blanco por hacerse con la bomba y, con ello, ganar respetabilidad.


Hermosa composición que ilustra un artículo de ABC sobre el tema

Inicialmente, el proyecto de bomba atómica española derivó del apoyo estadounidense para conseguir energía nuclear para fines pacíficos, un programa con el bonito nombre de “Átomos para la paz”. Pero el franquismo llegó también a acuerdos bajo mano con Francia para conseguir fabricar plutonio. Merced al apoyo francés, el Gobierno español construyó la central nuclear de Vandellós, donde se puso a generar plutonio a saco.

Sólo faltaba un pequeño detalle para dar el espaldarazo definitivo al proyecto, y ese era cómo conseguir la detonación de la bomba. Ahí es donde entra el afortunado incidente de Palomares en 1966, cuando EEUU perdió una bomba atómica en las playas españolas. Mientras el ministro Fraga se bañaba en Palomares para adquirir un bonito bronceado radiactivo, y poco antes de que un pescador español de Águilas (Murcia), “Paco el de la Bomba”, detectase la bomba que había caído al mar, los científicos españoles tuvieron tiempo para analizar el mecanismo de detonación de una de las bombas que cayó a tierra (una lo hizo en paracaídas y dos se estrellaron contra el suelo, provocando la detonación del explosivo convencional).

A principios de los años 70, España estaba a punto de conseguir la bomba; de hecho, se había dispuesto ya la realización de una primera prueba en el Sahara español. En esto que el secretario de Estado de EEUU, Henry Kissinger, visita España y se reúne con el principal valedor del proyecto nuclear, el almirante Carrero Blanco. Kissinger se supone que le dice algo así como que “cuando España es importante, es peligrosa” http://www.abc.es/archivo/20130308/abci-bomba-atomica-franco-201303071834.html, que es más o menos lo mismo que llevaba diciendo EEUU a cualquier país que quisiera desarrollar un arsenal atómico: en pro de la paz, mucho mejor que sólo EEUU tenga bombas nucleares.

Al día siguiente de la entrevista, Carrero era asesinado por ETA. ¿Casualidad?

Con la llegada de la Administración Carter y el coñazo que daba el hombre en pro de la no proliferación, en Gobierno español se achanta y paraliza el proyecto, que es finalmente desmantelado –se supone- una vez España firma, a mediados de los 80, el Tratado de No Proliferación nuclear. Años después, España también comienza a desarrollar, en comandita con socios tan fiables como Iraq y Egipto, un misil, el “Capricornio”, en teoría destinado a usos civiles y pacíficos (poner satélites en órbita). Pacífico. Sí, claro, claro. Que nos conocemos todos. El Capricornio era capaz de lanzar armamento nuclear a más de 600 km de distancia, pero finalmente el proyecto también se abandona.


La verdad es que habría tenido sus ventajas la adquisición de un arsenal nuclear. La principal, garantizar que EEUU nunca, nunca, nunca podría realizar un bombardeo preventivo-humanitario para defender la democracia en España. ¡Hermanados con Corea del Norte como países intocables para EEUU!

Luego los españoles de centro reformista podrían ir diciendo por ahí que “con Franco se podía dormir con la puerta abierta, había pantanos y teníamos el dedo sobre el botón”. Y, en el supuesto de que ZP no hubiera desmantelado el arsenal nuclear-franquista y se lo hubiera regalado a la ETA islámica, no quiero ni pensar el juego que daría esto en las tertulias, con continuas alusiones a la oportunidad de usar la Bomba española contra Gibraltar, contra los moros, contra los sindicatos, contra la ETA y, naturalmente, contra los catalanes, “que así aprenderán”. Hermann Tertsch con el dedo sobre el botón, I have a dream!

¿Y qué decir del nacionalismo catalán? Ya me los imagino haciendo su ya tradicional discurso: “España y los españoles son una mierda subdesarrollada; ¡Españoles, vagos! ¡Españoles, ladrones! ¡Fachas! ¡ja, ja, ja! Pero oye, que nos queremos ir de esta puta mierda sin malos rollos, como hermanos, con doble nacionalidad, en la UE, sin deuda y digamos que con el 50% del arsenal nuclear, que para algo se construyó en Vandellós. ¡Tecnología catalana!”.

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