20130418

¿Cómo será la muerte de nuestro Sol? La visión de Ron Miller

¿Cómo será la muerte de nuestro Sol? La visión de Ron Miller

Nada es eterno. Cuanto más estudiamos e investigamos el Universo más sabemos sobre la sucesión de vida y muerte que constantemente nos rodea. Cualquiera de los imponentes fenómenos del cosmos poseen su propia fecha de caducidad e incluso las más brillantes estrellas algún día apagarán su luz.

 
La muerte de nuestro Sol por Ron Miller

En nuestro caso debemos sentirnos inmensamente afortunados por contar con una estrella como el Sol. Su tamaño, su calor y su luz, la distancia que nos separa de ella son elementos esenciales para nuestra propia existencia… y aun así, algún día tendrá su propio final.

Por supuesto ninguno de nosotros lo veremos, ni siquiera es probable que exista algún ser humano cuando esto ocurra, pero no podemos negar que resulta fascinante preguntarse cómo será y por qué etapas pasará nuestra estrella antes de palidecer finalmente. Es un interesante ejercicio de imaginación, que además nos ayudará a conocer mejor el ciclo de vida de las estrellas… al fin y al cabo, es el ciclo vital que nos ha formado a nosotros mismos.

Si además el artículo lo acompañamos con las asombrosas ilustraciones del célebre artista Ron Miller, este último viaje resultará mucho más sorprendente.

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La clave la marca la combustión de hidrógeno. Actualmente, nuestra estrella vive sus días más tranquilos quemando su elemento más abundante, pero cuando comience a escasear, el Sol empezará a utilizar otros elementos cada vez más y más pesados. Será el principio del fin.

Dentro de aproximadamente 1.000 millones de años, el Sol comenzará a utilizar el hidrógeno de las capas más profundas, propagando la combustión a la superficie y haciéndose mayor y más brillante. El calor desprendido evaporará hasta la última gota de agua de nuestro planeta, los océanos desaparecerán y la Tierra terminará convirtiéndose en un desierto total.

 
Los océanos se evaporarán - ilustración Ron Miller

La lenta ausencia de hidrógeno se prolongará durante varios millones de años, y dará paso a la siguiente etapa que estará marcada por la combustión de helio. Un elemento más pesado que supondrá la expansión del Sol. La presión y la energía del núcleo se extenderán a las capas exteriores de la estrella provocando su transformación hacia una gigante roja dentro de unos 5.000 millones de años.

La temperatura de la Tierra habrá alcanzado los 150 ºC y la superficie será un infierno ardiente en la que apenas quedará rastro alguno de la exuberante vida pasada. Ron Miller ironiza ilustrando, la última de nuestras huellas que sobrevivirá antes de pasar al total olvido, que probablemente sea algún labrado en piedra en alguna montaña que aún haya conseguido mantenerse en pie. Poco después, se evaporará todo indicio del ser humano y de su civilización ante la presencia del increíble amanecer de un Sol gigante y naranja.

 
La vida desaparecerá ante las altas temperaturas

El Sol seguirá creciendo hasta alcanzar 166 veces su tamaño actual y, aunque probablemente no engullirá la Tierra, su inmenso tamaño sí alcanzará los planetas interiores como Mercurio y Venus.

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Pero como hemos visto, el fin de una etapa tan solo es el inicio de otra nueva y el adiós a los planetas cercanos abre la puerta a otras opciones ciertamente interesantes. Con el Sol abrasando la Tierra, en los planetas y satélites más alejados nace la posibilidad de una nueva habitabilidad. Los océanos congelados del satélite Europa se derretirán y el agua fluirá por su superficie. Incluso en el lejano y oscuro Plutón la luz del sol brillará como lo hace en estos momentos en nuestro planeta.

Sin embargo, la fase de gigante roja no será todavía el final de nuestro Sol. El helio también se agotará y la estrella continuará quemando elementos cada vez más pesados como el carbono, oxígeno, hierro… Su masa aumentará y su propio peso la conducirá hacia el colapso.

Entramos en la fase de enana blanca en la que el Sol caerá bajo su propio peso, y encogerá su tamaño expulsando al espacio gran parte de sus capas más externas y dejando tras de sí una colorida nebulosa planetaria.

 
El sol quedará reducido a una pequeña enana blanca

Convertida en una pequeña luz blanca en la profunda oscuridad, el ahora imponente Sol se verá reducido en sus últimos días en una diminuta pero masiva estrella de un tamaño similar al de nuestro planeta.
Así continuará durante muchos miles de millones de años, hasta que finalmente agote completamente su energía y muera, tal y como algunos astrónomos piensan, convertida en una enana negra oscura y casi imposible de detectar.

Visto desde la Tierra el Sol apenas será una pequeña luz blanca

Agradecimientos: Desde Cuaderno de Ciencias queremos dar las gracias a Ron Miller, uno de los diseñadores de astronomía y ciencia ficción más creativos de Hollywood con participaciones en películas como Dune, Desafío Total o la mismísima serie de Cosmos de Carl Sagan, que nos haya permitido utilizar sus ilustraciones para este artículo.

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