La invención de Edwin Armstrong
Edwin Howard Armstrong
es uno de los genios inventores estadounidenses olvidados. Llegó a la
gran escena de los inventores estadounidenses justo después de los
titanes Thomas Edison y Alexander Graham Bell. Pero su trabajo en el
área de la tecnología radiofónica es quizá más importante que el de
cualquier inventor individual en los primeros cincuenta años de la
radio. Mejor preparado que Michael Faraday, quien siendo aprendiz de un
encuadernador había descubierto la inducción eléctrica en 1831, pero con
la misma intuición acerca de cómo funcionaba el mundo de la radio. Al
menos en tres ocasiones Armstrong inventó tecnologías que significaron
muy importantes avances en nuestra comprensión y utilización de la
radio.
El día después de la Navidad de 1933 a Armstrong se le otorgaron cuatro
patentes por su invención más significativa: la radio FM. Hasta
entonces, la radio comercial había sido de amplitud modulada (AM). Los
teóricos de esa época habían dicho que una radio de frecuencia modulada
jamás podría funcionar. Tenían razón en lo que respecta a una radio FM
en una banda estrecha del espectro. Pero Armstrong descubrió que una
radio de frecuencia modulada en una banda ancha del espectro podría
proporcionar una calidad de sonido asombrosamente fiel, con mucho menos
consumo del transmisor y menos estática.
El cinco de noviembre de 1935 hizo una demostración de esta tecnología
en una reunión del Instituto de Ingenieros de Radio en el Empire State
Building en Nueva York. Sintonizó su dial a través de una amplia gama de
emisoras de AM, hasta que sintonizó una emisión que había organizado a
27 kilómetros de distancia. La radio se quedó totalmente en silencio,
como si estuviese muerta, y después, con una claridad que nadie en esa
sala jamás había oído en un dispositivo eléctrico, produjo el sonido de
la voz de un locutor: “Ésta es la emisora aficionada W2AG en Yonkers,
Nueva York, operando en una frecuencia modulada de dos metros y medio”.
La audiencia estaba oyendo algo que nadie había pensado que fuera posible:
Se
vació un vaso de agua delante del micrófono en Yonkers; sonó como
vaciar un vaso de agua… Se arrugó y rasgó un papel; sonó como un papel y
no como un fuego crepitando en mitad del bosque… Se tocaron discos de
marchas de Sousa y se interpretaron un solo de piano y una pieza para
guitarra… La música se proyectó con una sensación de estar realmente en
un concierto que raras veces se había experimentado con una “caja de
música” radiofónica.
Como nos dice nuestro sentido común, Armstrong había descubierto una
tecnología radiofónica manifiestamente superior. Pero en la época de su
invento, Armstrong trabajaba para la RCA. La RCA era el actor dominante
en el mercado de la radio AM. Para 1935, había mil estaciones de radio
por todos los EE.UU., pero las emisoras de las grandes ciudades estaban
en manos de un puñado de cadenas.
El presidente de la RCA, David Sarnoff, amigo de Armstrong, estaba
deseando que Armstrong descubriera un medio para eliminar la estática de
la radio AM. Así que Sarnoff estaba muy entusiasmado cuando Armstrong
le dijo que tenía un dispositivo que eliminaba la estática de la
“radio”. Pero cuando Armstrong hizo una demostración de su invento,
Sarnoff no estuvo contento.
Pensaba que Armstrong
inventaría algún tipo de filtro que eliminara la estática de nuestra
radio AM. No pensaba que empezaría una revolución, empezaría toda una
maldita industria que competiría con la RCA.
El invento de Armstrong amenazaba el imperio AM de la RCA, así que la
compañía lanzó una campaña para ahogar la radio FM. La FM era una
tecnología superior, pero Sarnoff era un estratega superior. Tal y como
un autor lo describe:
Las fuerzas a favor de la FM, en
su mayoría del campo de la ingeniería, no pudieron superar el peso de la
estrategia diseñada por las oficinas legales, de ventas y de patentes
para derrotar esta amenaza a la posición de la corporación. Porque la
FM, en caso de que se le permitiera desarrollarse sin trabas, presentaba
[...] un reordenamiento completo del poder en el campo de la radio
[...] y la caída final del sistema cuidadosamente restringido de la AM
sobre la cual la RCA había cultivado su poder.
La RCA, en un principio, dejó la tecnología en casa, insistiendo en que
hacían falta más pruebas. Cuando, después de dos años de pruebas,
Armstrong empezó a impacientarse, la RCA comenzó a usar su poder con el
gobierno para detener en general el despliegue de la FM. En 1936, la RCA
contrató al anterior presidente de la FCC y le asignó la tarea de
asegurarse de que la FCC asignara espectros de manera que castrara la
FM, principalmente moviendo la radio FM a una banda del espectro
diferente–. En principio, estos esfuerzos fracasaron. Pero cuando
Armstrong y el país estaban distraídos con la Segunda Guerra Mundial, el
trabajo de la RCA empezó a dar sus frutos. Justo antes de que la guerra
terminara, la FCC anunció una serie de medidas que tendrían un efecto
claro: la radio FM quedaría mutilada. Tal y como Lawrence Lessing lo
describe:
La serie de golpes recibidos por la radio FM
justo después de la guerra, en una serie de decisiones manipuladas a
través de la FCC por los grandes intereses radiofónicos, fue casi
increíble en lo que respecta a su fuerza y perversidad.
Para hacerle hueco en el espectro a la última gran apuesta de la RCA, la
televisión, los usuarios de la radio FM tuvieron que ser trasladados a
una banda del espectro totalmente nueva. También se disminuyó la
potencia de las emisoras de FM, lo que significó que la FM ya no podía
usarse para transmitir programas de un extremo a otro del país (este
cambio fue fuertemente apoyado por AT&T, debido a que la pérdida de
estaciones repetidoras significaría que las estaciones de radio tendrían
que comprarle cable a AT&T para poder conectarse). Así se ahogó la
difusión de la radio FM, al menos por el momento.
Armstrong ofreció resistencia a los esfuerzos de la RCA. En respuesta,
la RCA ofreció resistencia a las patentes de Armstrong. Después de
incorporar la tecnología FM al estándar emergente para la televisión, la
RCA declaró las patentes sin valor, sin base alguna, y casi quince años
después de que se otorgaran, se negó a pagarle derechos a Armstrong.
Durante cinco años, Armstrong peleó una cara guerra de litigios para
defender las patentes. Finalmente, justo cuando las patentes expiraban,
la RCA ofreció un acuerdo con una compensación tan baja que ni siquiera
cubriría las tarifas de los abogados de Armstrong. Derrotado, quebrado, y
ahora en bancarrota, en 1954 Armstrong le escribió una breve nota a su esposa y luego saltó desde la ventana de un decimotercer piso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario