Las donaciones de ordenadores viejos, teléfonos móviles y televisiones podrían ser obsequios tóxicos que creen un peligro para el medio ambiente en los países pobres.
Esa es una de las conclusiones que se escucharán en una conferencia de la ONU esta semana.
Durante cinco días, delegaciones de unas 120 naciones se reunirán en Kenia para conversar sobre las 20-50 millones de toneladas generadas cada año en el mundo del llamado "e-residuo", buena parte de las cuales
se envían al mundo en vías de desarrollo.
"Queremos que los países en vías de desarrollo reciban productos usados", dijo en una rueda de prensa el domingo Sachiko Kuwabara Yamamoto, secretaria ejecutiva de la Convención de Basilea que supervisar los residuos peligrosos.
Los consumidores occidentales que donan equipamiento viejo a las naciones pobres, especialmente en África, podrían estar creando más problemas medioambientales allí, dijeron las autoridades.
Un estudio el año pasado en Nigeria decía que 500 contenedores de aparatos electrónicos de segunda mano llegaban al puerto de Lagos cada mes.
Pero los comerciantes dicen que tres cuartos de los ordenadores, televisiones y teléfonos eran "desechos", tan obsoletos que era difícil repararlos. Muchos fueron quemados en basureros al aire libre, liberando humos tóxicos y químicos como bario, mercurio y retardantes de bromo.
MAYOR RESPONSABILIDAD
El ministro de Medio Ambiente de Kenia, Kivutha Kibwana, dijo que pasaba lo mismo en los basureros de Nairobi.
"Si se va allí, se ve el otro lado de estas donaciones", dijo. "Y este problema va en aumento".
En la mesa del encuentro de esta semana se han ofrecido propuestas para que los fabricantes - incluidas algunos de las mayores compañías de ordenadores del mundo - se responsabilicen más de sus productos, desde la etapa de diseño, pasando por la cadena de abastecimiento, hasta la eliminación final.
El Programa de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente estima que unos 14-20 millones de ordenadores son tirados cada año sólo en los EEUU.
Los ecologistas dicen que si los fabricantes tuvieran que pagar costes de reciclaje, crearían productos de mayor vida y menos tóxicos.
Como un ejemplo del trabajo de Basilea con la industria, Yamamoto elogió una asociación de cuatro años con 12 fabricantes de móviles que incluyen Vodafone, Nokia y Sony Ericsson para desarrollar estrategias para el reciclaje y la reutilización de los más de 600 millones de teléfonos que se venden cada año.
Además de estos residuos, el encuentro también considerará qué hacer con los miles de aviones y barcos que se esperan que estén fuera de servicio y que serán inútiles antes del final de la década.
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