La transición hacia la Era del Hidrógeno. ¿La Tercera Revolución industrial?
El hombre ha utilizado diversas fuentes de energía, desde las etapas más
tempranas de su existencia, que le han permitido evolucionar hacia un
mayor grado de desarrollo en sus modos de vida.
En nuestra sociedad actual el control de la energía representa el poder
de la civilización además del control de la distribución de los bienes
en el planeta. Los países menos poderosos no tienen energía eléctrica.
Asegurar el acceso a la electricidad de todo el mundo, según algunos
analistas económicos, puede ser posible gracias a la energía renovable
del hidrógeno. Hay indicios para pensar que estamos en el fin de la era
del petróleo. La cuenta atrás de los combustibles fósiles es inevitable y
ya ha comenzado. Es previsible, por tanto, que en un futuro inmediato
asistamos a una crisis energética que cambiaría el actual modo de vida
de nuestras sociedades, debido a la llegada del hidrógeno como un
combustible versátil y eficaz, el más limpio que existe. Se espera que
eso se traduzca en un cambio revolucionario que transformará las
relaciones sociales y económicas en el planeta. Según algunos políticos,
analistas y expertos estaríamos hablando de un nuevo orden mundial.
¿Pero realmente estamos ante un verdadero cambio histórico? ¿Una Tercera
Revolución Industrial similar a la que supuso la llegada del petróleo y
la electricidad?
El consumo de energía y el progreso en la Historia
Comenzando por el hombre prehistórico; la invención del fuego supone un
paso decisivo en la historia de la humanidad. Con la aparición del fuego
se inicia un proceso en el que la combustión de materiales para extraer
su energía será la base del progreso humano. El hombre prehistórico
quemando la madera de los árboles, aprende a dominar y a utilizar el
fuego. Descubre el poder que esa combustión representa y aprende a
canalizar esta energía para diversos usos. A partir de esta experiencia
cambiaron los hábitos en su alimentación y en sus modos de vida. Sin ese
primer paso no sabemos qué distinto camino hubiéramos recorrido como
especie humana.
Llegado el Neolítico, siguió siendo esencial quemar la madera como
conbustible para conseguir fundir los metales a elevadísimas
temperaturas, una auténtica revolución, de nuevo, en los modos de vida
de las primeras comunidades sedentarias.
Tuvo que pasar mucho tiempo hasta que se diera paso a la combustión del
carbón como fuente de energía, dando lugar a la Revolución Industrial
mitad del s.XVIII y principios del s.XX que supuso el mayor conjunto de
transformaciones socioeconómicas, tecnológicas y culturales de la
Historia de la humanidad, desde el Neolítico. La máquina de vapor
impulsada por la hulla-un tipo de carbón mineral-fue el motor inicial de
la Revolución Industrial.
Ya entre 1870 y 1914 llegó la combustión del petróleo y sus derivados
con la Segunda Revolución Industrial. Los “hidrocarburos” (Petróleo) y
la electricidad como fuente de energía fueron las principales
innovaciones del s.XX. Esta etapa significa un proceso de revoluciones
tecnológicas y de desarrollo de las industria eléctrica, del petróleo y
del acero, la introducción del motor de combustión interna, la llegada
del automóvil, y la invención del teléfono.
Así pues, hemos visto como el hombre ha ido utilizando a lo largo de sus
historia en el planeta- aunque en los últimos siglos no siempre de
manera sostenible y ecológica-estas materias combustibles para obtener
energía ,y con ello ha logrado un mayor progreso; de la madera al
carbón y del carbón al petróleo.
En nuestra sociedad actual el control de la energía representa el poder
de la civilización además del control de la distribución de los bienes
en el planeta. Los países menos poderosos no tienen energía eléctrica.
Asegurar el acceso a la electricidad de todo el mundo, según algunos
analistas económicos, puede ser posible gracias a la energía renovable
del hidrógeno. Hay indicios para pensar que estamos en el fin de la era
del petróleo. La cuenta atras de los combustibles fósiles es inevitable y
ya ha comenzado.
La era del Hidrógeno :Un nuevo Orden Mundial
Es previsible que en un futuro inmediato asistamos a una crisis
energética que cambiaría el actual modo de vida de nuestras sociedades,
debido a la llegada del hidrógeno como un combustible versatil y eficaz,
el más limpio que existe. Se espera que eso se traduzca en un cambio
revolucionario que transformará las relaciones sociales y económicas en
el planeta. Según algunos políticos, analistas y expertos estaríamos
hablando de un nuevo orden mundial. ¿Pero realmente estamos ante un
verdadero cambio histórico? ¿Una Tercera Revolución Industrial similar a
la que supuso la llegada del petróleo y la electricidad?
El progreso humano sostenible :La Revolución del Hidrógeno
El hidrógeno es el átomo más simple del Universo y el más abundante, ya
que está en todas partes. Pero a pesar de ser el elemento químico más
ligero y abundante en el universo, es un combustible que no se puede
aprovechar directamente, no es una fuente de energía propiamente dicha,
sino un portador de energía. El problema es que no existen yacimientos
de hidrógeno. Éste se encuentra en la madera, el carbón, el petróleo y
el gas, pero sobre todo en el agua. La manera más limpia de extraer el
hidrógeno es directamente del agua, el componente más abundante de la
superficie terrestre. Y la gran ventaja del hidrógeno es que al ser un
gas puede almacenarse.
Muchos científicos e investigadores siguen experimentando las
aplicaciones de la teoría de William Grove de 1839, quien generó
corriente eléctrica de una reacción electroquímica entre hidrógeno y
oxígeno sin generar gases, sólo agua.
Dos siglos después, se siguen desarrollando nuevas técnicas para
encontrar la manera de comprimir y almacenar el elemento más abundante
del universo-el hidrógeno- en una pila de combustible, que generaría la
energía necesaria para hacer funcionar los automóviles, vehículos de
transporte, e incluso plantas industriales o teléfonos móviles sin
producir gases contaminantes, únicamente agua y calor.
El hidrógeno se nos presenta como una excelente solución para almacenar
energías renovables. Pero para poder extraer el hidrógeno se necesita de
otra fuente de energía. La manera más limpia de extraer el hidrógeno
es del agua, pero para poder extraerlo se sigue necesitando electricidad
que podría extraerse del sol de manera limpia. Actualmente se usan
plantas de gas para obtener el hidrógeno, el objetivo de los expertos es
sacarlo del agua. También se están realizando experimentos para
extraerlo algún día directamente de la luz solar.
En resumidas cuentas; se trata de convertir el hidrógeno en una fuente
de energía renovable masiva capaz de mantener las exigencias energéticas
de nuestras sociedades y de poner fin a una etapa insostenible de abuso
de los recursos energéticos tradicionales.
Actualmente, puede que tengamos la capacidad para pasar de los
combustibles fósiles- como el carbón o el petróleo-al hidrógeno con
nuevas infraestructuras. Otro aspecto importante es que el hidrógeno se
puede almacenar. Esto significa que podríamos disponer de importantes
reservas energéticas.
Pero ¿Se trata de una seria posibilidad o de una bonita utopía?
Algunos críticos de la ”era del hidrógeno” piensan que estamos ante la utopía de algunos visionarios.
Sin embargo expertos como Jeremy Rifkin, presidente de la Fundación de
Tendencias económicas, asesor del gobierno norteamericano, y creador de
“La Economía del Hidrógeno” se han convertido en uno de los máximos
defensores de las aplicaciones de la economía del hidrógeno. Rifkin
opina que la revolucióndel hidrógeno producirá un cambio histórico
espectacular ” similar a la unión de la revolución de la imprenta con
la máquina de vapor y el ferrocarril que se tradujo en la primera
revolución industrial y cuyo efecto multiplicador se materializó en el
s.XIX. La Segunda revolución industrial tuvo un impacto tan potente por
la unión del telégrafo al teléfono y la electricidad con el petróleo y
el motor de combustiòn interna. Para Rifkin, la tercera Revolución
consistirá en una distribución descentralizada del hidrógeno”
Es decir, sus palabras se traducen en cuatro frases: Produccción a gran
escala de hidrógeno. Descentralización de la producción de energías.
Una ola de desarrolo tecnológico con oportunidad para todos. Producción
de hidrógeno para uso propio. Un cambio radical en los modelos de la
economía mundial.
Si así fuera estamos a las puertas de una nueva era energética. Una Tercera Revolución Industrial.
Si tomamos como referencia cómo se gestó el proceso de la primera gran
revolución industrial sabremos que estos cambios forman parte de un
proceso de aplicaciones tecnológicas que conducen a el éxito esperado.
La máquina de vapor fue el motor que hizo posible el cambió energético
en la primera Revolución Industrial. Pero hubieron algunos intentos
hasta llegar hasta la sofisticada máquina de Watt, y siguieron las
mejoras, que fueron desplazando a los tradicionales motores como el
animal de tiro, el molino o la propia fuerza del hombre y que en
Inglaterra, en el contexto de una incipiente Revolución Industrial en
los siglos XVII y XVIII, llevaron desde los rudimentarios primeros
aparatos sin aplicación práctica a la invención del motor universal que
llegó a implantarse en todas las industrias y a utilizarse en el
transporte.
Defensores de la economía del Hidrógeno
Algunas compañías, como Honda, DaimlerChrysler, Ford Motor Company,
General Motors Corporation/Opel, Hyundai Motor Company, Kia Motors
Corporation, la alianza Renault SA y Nissan Motor Corporation y Toyota
Motor Corporation están desarrollando proyectos relacionados con los
vehículos de hidrógeno. Algunas de ellas incluso han apostado
estratégicamente por un futuro energético basado en las tecnologías de
hidrógeno, una corriente que ha dado lugar al concepto de Sociedad del
Hidrógeno, que a menudo se intercambia con el de economía del hidrógeno.
Islandia por ejemplo, pretende que toda su flota pesquera funcione con motores de hidrógeno para el 2050.
Obstáculos actuales
Aunque se están realizado importantes avances tecnológicos, la
implantación de la economía del hidrógeno no es inmediata y requiere aún
dar respuesta a importantes retos tecnológicos, económicos y sociales
que se describen a continuación.
Desde el punto de vista de la producción del hidrógeno, hay que
considerar que los métodos actuales resultan costosos y se basan
principalmente en la gasificación de combustibles fósiles a altas
presiones y temperaturas. Los procesos basados en energías renovables o
energía nuclear no se encuentran suficientemente desarrollados y a nivel
industrial su coste es aún mayor. Por otro lado, para dar respuesta a
una demanda global de este tipo de energía, se necesitaría el desarrollo
de un sistema de distribución de hidrógeno similar al que existe hoy en
día para la gasolina.
El almacenamiento supone otro reto aún por resolver ya que, debido a su
baja densidad energética, se necesitan enormes volúmenes de hidrógeno
para alimentar procesos con alta demanda energética. En la actualidad se
investiga en el desarrollo de tanques de alta presión, adsorbentes
porosos e hidruros metálicos que permitan almacenar cantidades
suficientes de este compuesto en espacios reducidos.
El precio actual de las pilas de combustible y su fiabilidad supone otra
barrera a la aplicación masiva de esta tecnología. El uso de electrodos
con catalizadores de metales nobles como el paladio y el platino, con
un elevado precio de mercado, y los problemas de envenenamiento, sobre
todo en procesos que utilizan hidrógeno de menor pureza, también son objeto de investigación.
Otro de los aspectos a superar es el de la seguridad ya que el hidrógeno
es un compuesto altamente inflamable y potencialmente explosivo en
contacto con el oxígeno de la atmósfera. Por ello se deben adoptar
normativas de seguridad específicas que son diferentes a las que hoy se
aplican con éxito para otros compuestos como la gasolina, el butano o el
gas natural.
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