20121121

Colega, ¿y si ahora estamos dentro de un ordenador?



Colega, ¿y si ahora estamos dentro de un ordenador?


Podríamos estar viviendo en los Sims o Age of Empires
Ilustración de Julian Garcia

Rich Terrile apareció hace dos años en A través del agujero de gusano, el programa de Science Channel sobre los misterios de la vida y el universo. Fue invitado a acudir para que hablara de la teoría de que la experiencia humana podría reducirse a algo parecido a una increíblemente avanzada, metafísica versión de Los Sims.

Es una idea que ya se le ha ocurrido a cualquier universitario con un bong de gravedad y un DVD de Matrix, pero es que Rich es un respetado científico: es director del Centro de Computación Evolutiva y Diseño Automatizado [Center for Evolutionary Computation and Automated Design, CECAD] en el Laboratorio de Propulsión a Chorro [Jet Propulsion Laboratory, JPL] de la NASA, y está actualmente escribiendo un libro, aún sin título, sobre el tema. Por tanto, no nos precipitemos y tomémosle en serio.

El meollo de la teoría de Rich consiste en que un “programador” del futuro ha diseñado nuestra realidad para simular el curso de lo que el programador considera historia antigua. El por qué, cualquiera lo sabe. Quizá porque estaba aburrido.

Según la Ley de Moore, que expone que el poder de computación prácticamente se duplica cada dos años, todo esto sería teóricamente posible en un futuro. Más pronto o más tarde alcanzaremos un punto en el que crear simulaciones de unos cuantos miles de millones de personas –y hacerles creer que son seres sentientes que controlan sus propios destinos– será tan sencillo como enviarle a un desconocido una foto de tus genitales desde tu teléfono móvil.

Esta hipótesis –versiones de la cual llevan promulgándose desde hace siglos– se está convirtiendo para los filósofos en el concepto alucinado del momento, con gente como Nick Bostrom, director del Instituto del Futuro de la Humanidad de la universidad de Oxford, considerando seriamente la premisa.

La hipótesis de la simulación no atrajo hasta hace poco a los investigadores tradicionales. Esto no quiere decir que él sea el primer científico en predecir nuestra capacidad para llevar a cabo simulaciones realistas (Ray Kurzweil, entre otros, lo hizo ya en 1999 en su libro La era de las máquinas espirituales), pero sí es uno de los primeros en postular que podríamos ya estar viviendo dentro de una. Rich ha ido incluso un paso más allá intentando probar sus teorías a través de la física, citando cosas como la perceptible pixelación de la materia más pequeña y las inquietantes similitudes entre la mecánica cuántica, las reglas matemáticas que rigen nuestro universo y la creación de entornos virtuales en los videojuegos.

Piensa en ello: cuando en alguna ocasión metas la pata, es posible que tu controlador, la versión intergaláctica de un chaval coreano de trece años con sobrepeso y auriculares Xbox bien ceñidos, grite “¡Mierda!” Lo cual, según se mire, no deja de ser un consuelo.

VICE: ¿Cuándo conjeturó por primera vez que nuestra realidad podría ser una simulación por ordenador?

Rich Terrile: A menos que creas que hay algo mágico en torno a la consciencia –y no es mi caso, yo creo que es el producto de una arquitectura muy sofisticada en el interior del cerebro humano–, entonces has de asumir que, llegados a un punto, es posible simularla mediante un ordenador. En otras palabras, replicarla. Hay dos formas en que se podría en un futuro crear un cerebro humano artificial. Una de ellas es la ingeniería inversa, pero yo creo que sería mucho más fácil desarrollar un circuito o arquitectura que pudiera hacerse autoconsciente. De aquí a diez años, en las tres siguientes décadas seremos capaces de dotar a nuestras máquinas de consciencia artificial.

¿Tan cerca estamos de algo así?

En la actualidad, los superordenadores más rápidos de la NASA funcionan al doble de velocidad que el cerebro humano. Si realizas un cálculo sencillo empleando la Ley de Moore, te encontrarás con que estos superordenadores, dentro de una década, serán capaces de computar la vida entera de un ser humano de 80 años –incluyendo cada pensamiento que haya tenido a lo largo de su existencia– en el plazo de un mes.

Me parece deprimente.

Pues agárrate: dentro de 30 años podemos esperar una PlayStation –sale un nuevo modelo cada seis u ocho años, así que sería una PlayStation 7 o algo así– capaz de computar unas diez mil vidas humanas simultáneamente a tiempo real, o toda una vida humana en el plazo de una hora.

¿Cuántas PlayStations hay en todo el mundo? Seguro que más de cien millones. Piensa en cien millones de consolas, cada una conteniendo diez mil humanos. Eso significa que para entonces, conceptualmente, podría haber más seres humanos viviendo en PlayStations que seres humanos hay viviendo hoy en la Tierra.

Por tanto, existe la posibilidad de que ahora mismo estemos viviendo en un juego súper avanzado en la PlayStation de algún garrulillo con los ojos inyectados en sangre, ¿no?

Exacto. La suposición aquí es: ¿cómo saber si esta situación se desarrollará dentro de 30 años o si no eres ya una de esas simulaciones? Déjame retroceder un paso. Como científicos, situamos procesos físicos dentro de marcos de trabajo matemáticos, o en una ecuación. El universo se comporta de un modo muy peculiar, ya que obedece a reglas matemáticas. Einstein dijo, “Lo más incomprensible del universo es que es comprensible”, pero el universo no tiene por qué funcionar de ese modo. No tiene por qué resultar tan simple de abreviar como para que podamos reducirlo a unas cuantas páginas de ecuaciones conteniendo la suficiente información para simularlo.

El otro punto interesante es que el mundo natural se comporta exactamente de la misma manera que el entorno de Grand Theft Auto IV. En el juego puedes explorar Liberty City a lo ancho y largo y con fenomenal detalle. Hice un cálculo de lo grande que es esa ciudad, y resultó que un millón de veces más grande que mi PlayStation 3. Ves de Liberty City exactamente lo que necesitas ver y cuando necesitas verlo, abreviando el resto del universo del juego dentro de la consola. El universo se comporta exactamente de la misma manera. En la mecánica cuántica, las partículas no tienen un estado definido a menos que estén siendo observadas. Muchos teóricos se han pasado una gran cantidad de tiempo intentando explicarse esto. Una de las explicaciones sería que estamos viviendo en una simulación, viendo lo que necesitamos ver cuando necesitamos verlo.

Lo cual explicaría esos informes de científicos observando píxeles en las imágenes microscópicas más pequeñas.

Correcto. El universo también está pixelado en términos de tiempo, espacio, volumen y energía. Existe una unidad fundamental que no puedes dividir en algo más pequeño, lo cual significa que el universo está compuesto por un número finito de estas unidades. Y también significa que hay un número finito de cosas que el universo puede ser; no es infinito, luego es computable. Y si sólo se comporta de un modo finito cuando está siendo observado, entonces la pregunta es: ¿está siendo computado? Hay un paralelismo matemático. Si dos cosas son matemáticamente equivalentes, son una y la misma. Por tanto, el universo es matemáticamente equivalente a la simulación del universo.

¿Usted juega con videojuegos?

Sí, lo hago, y he jugado a Los Sims, pero esta teoría fue resultado de la combinación de varias cosas. Soy científico planetario, y por eso dedico mucho tiempo a pensar en el futuro de la tecnología y dónde nos conducirá. También desarrollo mucho trabajo en los campos de la computación evolutiva y la inteligencia artificial, donde trato con la naturaleza de la consciencia. También empecé a pensar en la religión, o en lo que crees acerca del universo cuando eres ateo; si lo eres, eso implica creer en un origen de las cosas alternativo a la idea de un creador. Y aquí tenemos uno bueno: el Big Bang. Pero también tienes que pensar en la ingeniería y en si un creador podría existir en nuestro actual universo. De ser así, ¿cuáles serían las necesidades de ese creador? Tras pensar en ello, llegué a la conclusión de que el creador de un universo sería capaz de cambiar las leyes de la física y esculpir el universo, sea lo que sea, que es lo mismo que yo puedo hacer en una simulación por ordenador. De hecho, puede que pronto sea capaz de hacerlo con seres conscientes.

¿Seres con los que usted podría interactuar?

Tal vez, o tal vez simplemente les dejara a su aire. Vivirían sus vidas en un período de tiempo increíblemente breve. Quizá podría cambiar las leyes de la física. Podría hacerles vivir en lugares tanto propicios como inhóspitos. Podría hacer que estuvieran completamente solos. Puede que esa sea la línea divisoria trazada para nosotros, lo cual explicaría por qué no hay extraterrestres.

Parece usted cómodo con este concepto.

Yo, cuando supe de su teoría, sentí una gran desazón. Pero me dejó intrigado, por supuesto. Encuentro en ello una gran inspiración, y te diré por qué: me dice que estamos en el umbral de ser capaces de crear un universo –una simulación– y a que nosotros, a nuestra vez, podríamos estar viviendo dentro de una simulación, que podría asimismo formar parte de otra simulación. Y nuestros seres simulados podrían también crear simulaciones. Lo que me parece intrigante es que, si hay un creador, y habrá en el futuro un creador que seremos nosotros, eso significa también que si hay un creador de nuestro mundo, aquí, también somos nosotros. Seríamos a la vez Dios y sirvientes de Dios y lo habríamos creado todo. Lo que encuentro inspirador es que, incluso aunque estemos en una simulación o varios grados de magnitud por debajo en niveles de simulación, en algún punto, algo, de alguna manera, escapó del barro primigenio para convertirse en nosotros, para ser las simulaciones que nos hicieron a nosotros. Y lo encuentro maravilloso.

¿Quieres más movidas raras? Mira esto:
No te comas esas carnitas
Las aliens lo hacen mejor
De viaje con Krystle Cole | La farmacopea de Hamilton.

No hay comentarios: