Misterios de Egipto: Tecnología imposible

Cuando Champollion descifra la Piedra Rosetta elaborando su primer diccionario de jeroglíficos, abre a millares de investigadores las puertas de un mundo tan fascinante como desconocido creando un instrumento que permitía descifrar aquello que los antiguos egipcios dejaron escritos en sus tumbas y papiros mostrando unos conocimientos científicos que resultan asombrosos para su altísimo nivel, y cuyos orígenes parecen perderse en la noche de los tiempos abriendo la incógnita de cómo una civilización puede saltar del Neolítico a esos niveles de genialidad, y después ir perdiendo paulatinamente su esplendor y sus saberes.

La historiografía oficial nos ofrece una imagen global de una civilización fascinante ignorando determinadas pruebas arqueológicas capaces de romper cualquier sistema establecido, ya que del mismo modo que, si podemos hablar de una evolución cultural lineal a lo largo de las 31 dinastías del Egipto faraónico, no podemos decir lo mismo de su evolución tecnológica que nos muestra unos espectaculares avances en un período determinado y una posterior involución de la que no nos hablan los libros de historia.