El ADN de los neandertales revela que las cuatro especies humanas se aparearon hace 50.000 años
Yo ya lo sabía por mis pinitos en Bioinformática, pero esto es la
noticia del siglo de momento. La especie humana no es unitaria, como
todo el mundo pensaba, ni uniforme viniendo todo dios de África.
El
análisis de ADN de los fósiles de los parientes humanos más cercanos no
deja de aportar nuevos y revolucionarios datos sobre la evolución del
hombre moderno. En 2010, la publicación de un primer borrador del genoma
de los neandertales -dirigido por investigadores del Instituto de
Antropología Evolutiva del Max Planck, pero con participación española-
ya dio las primeras pruebas irrefutables de que la especie humana
moderna y los neandertales hibridaron durante los miles de años de
coexistencia de ambas especies. Algo de sangre neandertal corre por las
venas de los europeos.
Pero la secuencia de nuestro pariente más cercano aún no ha dejado de
aportar datos para la ciencia y para el debate. La revista Nature acaba
de publicar los resultados del análisis del genoma neandertal completo
con una resolución mucho mayor que la de aquel primer borrador -tanta
que es equiparable a la que se tiene del ser humano actual- y los
resultados han puesto patas arriba la evolución humana en los últimos
70.000 años.
Para empezar, el análisis comparativo ha puesto de manifiesto que los
genomas de las tres especies de homínidos conocidas que habitaron
Eurasia en el Pleistoceno tardío (hace unos 50.000 años) contienen
secuencias que no corresponden a ninguno de los homínidos conocidos, lo
que sugiere que en aquel tiempo había otra especie humana en Europa que
aún no ha sido descubierta. Además, deja aún más patente no sólo que
neandertales y humanos modernos (Homo sapiens) se aparearon e
intercambiaron genes, sino que también lo hicieron con la tercera
especie conocida, los denisovanos, una especie arcaica conocida sólo por
su secuencia genética obtenida a partir del hueso de un dedo encontrado
en la Cueva de Denisova, en las Montañas Altai (Siberia).
Precisamente, las muestras de ADN neandertal utilizado por el equipo del
Max Planck dirigido por Kay Prüfer y Svante Pääbo para este último
análisis provienen precisamente de la misma cueva, aunque el hueso
denisovano y el dedo del pie de una mujer neandertal usado ahora están
separados en el tiempo por varios miles de años, según citan Ewan Birney
y Jonathan Pritchard, del Wellcome Trust Genome Campus de Cambridge
(Reino Unido), en un artículo que acompaña a la investigación en la
revista 'Nature'.
"El hallazgo significa que podemos entender mejor las interacciones
entre neandertales, denisovanos y nuestros propios ancestros", asegura
Chris Stringer, del Museo de Historia Natural de Londres. "El fósil
también ha aportado evidencias de que neandertales y denisovanos se
cruzaron entre ellos y, además, con los humanos modernos y con otra
especie arcaica desconocida", dice Stringer.
La
investigación llega incluso a determinar cuánto del ADN de los humanos
modernos de Eurasia ha sido heredado de los neandertales: un 2%. Y
señala que en los africanos actuales no es posible detectar ADN
neandertal. "Parece que Eurasia fue un interesante lugar para ser un
homínido en el Pleistoceno tardío, con individuos de al menos cuatro
grupos encontrándose y, ocasionalmente, teniendo sexo", dicen Birney y
Pritchard en su artículo.
y además:
El hombre comparte el 99% del ADN con el chimpancé
Ever
since researchers sequenced the chimp genome in 2005, they have known
that humans share about 99% of our DNA with chimpanzees, making them our
closest living relatives. But there are actually two species of apes
that are this closely related to humans: bonobos (Pan paniscus) and the
common chimpanzee (Pan troglodytes). This has prompted researchers to
speculate whether the ancestor of humans, chimpanzees, and bonobos
looked and acted more like a bonobo, a chimpanzee, or something else—and
how all three species have evolved differently since the ancestor of
humans split with the common ancestor of bonobos and chimps between 4
million and 7 million years ago in Africa.
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