Telstra, la principal compañía telefónica de Australia, dijo el lunes que ha abandonado sus planes para fabricar una red de fibra óptica de 3.100 millones de dólares australianos (unos 1.840 millones de euros) tras no conseguir llegar a un acuerdo con los reguladores de la competencia sobre sus costes.
La ministra de Comunicaciones, Helen Coonan, dijo que la decisión de Telstra no afectaría al plan del Gobierno de vender su 51,8 por ciento de participación en la compañía.
"Creo que es una oportunidad para todos nosotros ahora hacer inventario y permitir a otros competidores - hay desde luego un consorcio de competidores que han hablado sobre una red rival - echar un vistazo a ver lo que pueden hacer", dijo a periodistas en Canberra.
Un grupo de rivales de Telstra, liderados por Optus, de Singapore Telecommunications, está en conversaciones con los reguladores sobre la construcción de una red de fibra óptica que daría a todas las partes un acceso equitativo. Telstra ha rechazado la propuesta.
La nueva red de Telstra era un puntal fundamental de su transformación en tres a cinco años para revisar sus redes, recortar costes y encontrar nuevas fuentes de ingresos.
Phil Burgess, jefe de comunicaciones de Telstra, dijo que la compañía respaldaba la venta pero que los responsables de la compañía no dudarían en informar a los potenciales inversores sobre los riesgos planteados por el actual régimen regulatorio.
Telstra, que lleva negociando meses las normas de acceso y los precios con la Australian Competition and Consumer Commission (ACCC) sobre la nueva red de alta velocidad, dijo que el principal obstáculo eran los costes en los que incurre al proporcionar los servicios, especialmente en zonas rurales y remotas de Australia.
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