20081029

Las redes sociales favorecen a las empresas, según un estudio

Un informe del centro de análisis Demos señaló que estimular a los empleados para que utilicen tecnologías de interconexión para establecer relaciones y vínculos más cercanos con colegas y clientes podría ayudar a los empresarios en lugar de perjudicarlos.

El autor, Peter Bradwell, dijo que si bien las empresas utilizan sistemas específicos para compartir información, los portales de redes sociales en línea podrían también cumplir una función importante, ayudando a la productividad, la innovación y al trabajo democrático.

Sin embargo, señaló que deberían existir pautas prácticas para limitar el uso no laboral.

"Las prohibiciones en Facebook o YouTube son casi siempre imposibles de implementar; las empresas podrían tratar de establecer un límite de tiempo en las cantidades de minutos permitidos cada día para hablar", escribió el autor.

"La respuesta no es cerrar el acceso a plataformas de conexión social, tampoco es invertir a ciegas en plataformas de cooperación. Más bien creemos que necesitamos comprender, una vez que aceptamos las consecuencias de redes sociales, cómo podemos manejar los nuevos desafíos", añadió.

Su investigación llegó a la conclusión de que tratar de controlar el uso de sitios como Facebook, que por sí solo cuenta con más de 100 millones de usuarios en todo el mundo, incluso podría perjudicar a las organizaciones.

Algunas empresas han reconocido que las redes sociales no pueden separarse fácilmente de las redes "profesionales".

"En el difícil ambiente de negocios de la actualidad, la reacción instintiva puede ser la de cerrar las escotillas y volver a los tradicionales de 'comando y control' que permiten monitorear y medir la productividad", dijo el autor.

"Permitir que los trabajadores tengan más libertad y flexibilidad podría parecer ilógico, pero parece crear negocios más capaces de mantener la estabilidad", agregó.

20081024

Un miniportátil... de hace 14 años

A juzgar por lo mucho que se escribe sobre ellos, se diría que los ordenadores miniportátiles fueron inventados ayer. Pero un ejercicio de memoria, junto con un vistazo al armario de los trastos viejos (es lo que tiene la manía de guardar todos los cacharros) confirma que en 1994 ya existían miniportátiles, aunque entonces se llamaban subnotebooks. Uno de ellos, el Compaq Contura Aero.

El Compaq Contura no se podría calificar de netbook, ya que no disponía de conexión inalámbrica; de hecho, no incorporada ni siquiera un puerto Ethernet. La única forma de conectarse a la red era hacerse con un adaptador Ethernet para el puerto de impresora (paralelo Centronics, otra reliquia del pasado) o bien utilizar un módem/fax externo, conectado al puerto serie (RS232, no USB) o bien en una tarjeta para la única ranura PCMCIA. Ésto último tampoco era especialmente sencillo, ya que el Contura utilizaba los sistemas operativos MS-DOS 3.0 y Windows 3.1, para los cuales no abundaban precisamente los controladores.

Aunque el Contura sí era ligero comparado con los de su época, ahora tampoco encajaría en la categoría de los ultraligeros: pesaba casi dos kilos. Utilizaba el procesador Intel 486SX en versiones de 25 y 33 MHz y estaba equipado con 4 megabytes de memoria RAM, ampliables hasta un máximo de 20 MB. En cuanto a almacenamiento, el disco duro interno tenía una capacidad de 85 megabytes (nada de gigabytes por aquel entonces), y se incluía una unidad externa para disquetes de 3,5 pulgadas.

La pantalla del Contura Aero era de tamaño similar a la de los actuales netbooks: 8 pulgadas, pero con la diferencia de ser de matriz pasiva, infinitamente menos contrastada que las TFT actuales. De hecho, la pantalla del modelo de 25 MHz ni siquiera era en color, sino monocroma y con una resolución máxima de 640x480 píxels y 256 colores. Eso sí, ya disponía de un trackball en la esquina delantera derecha, combinado con dos botones en el lateral.

Compaq, orgullo de la informática con sede en Texas antes de Dell, ya no existe como tal: fue adquirida por Hewlett-Packard en 2002. Los Contura son ahora piezas de coleccionista. Hemos progresado, sí, pero tampoco tanto.